Fort representa ese cadáver tendido en la ruta al que no podemos dejar de mirar Dijo Alexis Puig

- El columnista de espectáculos de América Noticias destrozó al mediático más polémico del momento.
- Mediante su blog personal, el marido de la “intrusa”, Lola Cordero, deslizó distintas analogías que van en detrimento de la polémica personalidad del excéntrico multimillonario.
Algún comunicador iluminado aseguro: "es nuestro Willy Wonka". Claro, millonario, excéntrico y heredero de un imperio construido a base de chocolates y golosinas, demasiadas coincidencias con el personaje que en cine supieron componer Gene Wilder primero y más cerca en el tiempo Johnny Deep.
Pero más allá de las comparaciones banales y las curiosidades mediáticas ¿qué secreto esconde este personaje para generar quince horas diarias de tv en los cinco canales de aire? (sí, cinco porque el canal estatal, también le dedico minutos de programación al bizarro personaje)
¿Por qué el rating trepa a las nubes cuando ese cuerpo inflado por anabólicos aparece en la pantalla catódica? Habrá quien diga: "tiene dinero, gasta fortunas y convive con mujeres bonitas", "representa todo lo que quisiéramos ser".
Como no me gusta generalizar, hablaré por mí mismo y diré: a mí no me gustaría tener la cara destruida por las innumerables cirugías, ni tener que moverme con "un sequito de matones" de un lado a otro, ni cambiar de "novias" día tras día para aparentar una supuesta virilidad, ni gastar fortunas en viajes faraónicos o caprichos varios solo para conseguir cinco minutos de atención en un programa de tv o ser el "freak" de la semana en distintos segmentos de archivo.
Tampoco querría ser padre solo para limitarme a pregonar a los cuatro vientos que tengo hijos y sin embargo no saber lo que es cambiar un pañal, jugar con ellos, llevarlos alguna vez a la escuela o incluso intentar cocinarles algo.
Esta claro, no quisiera ser Ricardo Fort. Y entonces me pregunto, ¿no será al revés? El éxito (si podemos calificarlo así, yo prefiero llamarlo "fenómeno") de este personaje no resultara porque en realidad "vemos lo que no queremos ser".
Acaso Fort no representa ese cadáver tendido en la ruta tras un accidente al que nuestro sentido del morbo nos lleva a no poder dejar de mirar. Si es así, entonces quizás el chocolatero no debería ser comparado con el personaje principal de la película de Tim Burton sino con John Merrick, el protagonista del recordado filme de David Lynch titulado "El hombre elefante".
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